Entre las nuevas consagradas hay dos de Guatemala: Adriana Álvarez Díaz, Helen González Viau, y tres mexicanas: Ana Laura Ballina Villaseñor, Celina Romero Becerril y y Valeria Martínez Cavazos.
La misa fue presidida por el director territorial de Monterrey, el P. Paul Lara, L.C., y concelebrada por el P. James Mc Kenna L.C., capellán del Centro de Formación, los padres David Owen y Demetrio Navarrete, L.C., dos sacerdotes diocesanos -párrocos del lugar de misiones de verano de las candidatas-, y el P. Fernando Tirado, misionero del Espíritu Santo, primo de Celina. Los votos fueron recibidos por Carmen Ramírez, directora territorial de Monterrey.
En la homilía, el P. James recordó a las cinco jóvenes las palabras de San Bernardo: “Siguiendo a María, no te equivocarás en el camino”. También agradeció a las familias presentes su “gran acto de fe y confianza en Dios” al entregar a sus hijas, y mencionó a Manuel y Ticha, padre de Celina y madre de Ana Laura, respectivamente, ambos fallecidos durante su segundo año de candidatado, y que “ya las habían entregado desde hace tiempo”.
Celina Romero, expresaba que este día ha supuesto para ella el mayor don de su vida. “Me siento muy amada por Dios y ser toda suya me alegra el corazón, me hace plenamente feliz. Doy gracias a Dios –explicaba- por esta hermosa vocación dentro del Regnum Christi. Dios se desborda conmigo y el ser esposa de Jesús, es lo más maravilloso que me podía pasar".
“El Salmo de la Misa de la consagración describe muy bien mi experiencia: ‘Él se inclinó hacia mí’ (Salmo 40,1), comparte Helen González. “Cristo se ha inclinado hacia mí al haberme hecho esta invitación para compartir su misma vida. Por la ofrenda de mis votos puedo responder a su invitación y ofrecerle mi vida entera para que sea cada vez menos mía y más Suya.”
Para Adriana Álvarez fue también un día especial “porque fue entregarme a Él por completo, ser esta ofrenda para El, entregarme en el altar, unir mi vida con su vida”. Destaca además como regalo el hecho de que su entrega tuviera lugar en la capilla del centro de formación. “Fue muy especial para mí porque fue la capilla donde, desde el centro estudiantil, empecé a tener una relación más especial con Jesús, donde aprendí a hablar con Él, donde Él me enamoró, donde yo me enamoré de Él. Ahí viví momentos de crisis, de alegría, de ilusión, y con todo esto, con toda mi persona, me entregué a Él. Entré una, y salimos dos”.
Fuente: La Red
En la homilía, el P. James recordó a las cinco jóvenes las palabras de San Bernardo: “Siguiendo a María, no te equivocarás en el camino”. También agradeció a las familias presentes su “gran acto de fe y confianza en Dios” al entregar a sus hijas, y mencionó a Manuel y Ticha, padre de Celina y madre de Ana Laura, respectivamente, ambos fallecidos durante su segundo año de candidatado, y que “ya las habían entregado desde hace tiempo”.
Celina Romero, expresaba que este día ha supuesto para ella el mayor don de su vida. “Me siento muy amada por Dios y ser toda suya me alegra el corazón, me hace plenamente feliz. Doy gracias a Dios –explicaba- por esta hermosa vocación dentro del Regnum Christi. Dios se desborda conmigo y el ser esposa de Jesús, es lo más maravilloso que me podía pasar".
“El Salmo de la Misa de la consagración describe muy bien mi experiencia: ‘Él se inclinó hacia mí’ (Salmo 40,1), comparte Helen González. “Cristo se ha inclinado hacia mí al haberme hecho esta invitación para compartir su misma vida. Por la ofrenda de mis votos puedo responder a su invitación y ofrecerle mi vida entera para que sea cada vez menos mía y más Suya.”
Para Adriana Álvarez fue también un día especial “porque fue entregarme a Él por completo, ser esta ofrenda para El, entregarme en el altar, unir mi vida con su vida”. Destaca además como regalo el hecho de que su entrega tuviera lugar en la capilla del centro de formación. “Fue muy especial para mí porque fue la capilla donde, desde el centro estudiantil, empecé a tener una relación más especial con Jesús, donde aprendí a hablar con Él, donde Él me enamoró, donde yo me enamoré de Él. Ahí viví momentos de crisis, de alegría, de ilusión, y con todo esto, con toda mi persona, me entregué a Él. Entré una, y salimos dos”.
Fuente: La Red
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