19 de abril de 2016

Dar una acogida que respete la dignidad de la persona, el ingrediente principal de Yo Cocino Empleo, de la Fundación Altius

Cuando resuena la palabra “desempleo”, una sombra un matiz amargo se asoma a los labios de quienes la pronuncian, y para quien la escucha, cada sílaba pesa en los oídos con la dureza de una realidad cercana que pone a muchos en riesgo de exclusión social. El desempleo representa “la impotencia de sentir que no puedes, aunque quieras”, o en “no tener la capacidad de tomar decisiones”. Estas son las breves definiciones de Mercedes y Luis, dos beneficiarios del programa Yo Cocino Empleo, que encierran una problemática que exige acción inmediata.

En este programa de la Fundación Altius, la atención personal en el proceso de acompañamiento en la búsqueda de empleo es la línea básica. Un paso clave en el camino es el momento de acogida: ese primer encuentro entre el beneficiario y el equipo que afianza la relación para emprender un itinerario dirigido a la inserción laboral.



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Alta vulnerabilidad
Durante la acogida, se evidencia que son muy distintos los factores o hechos que pueden llevar a la persona a un estado de necesidad. Sin embargo, aunque el perfil de los beneficiarios es cada vez es más diverso, en las evaluaciones coinciden por el alto nivel de vulnerabilidad social.

Extranjeros y españoles, madres y padres solteros con niños a su cargo y largos periodos de desempleo, son algunas de las situaciones que plantean los usuarios en la primera entrevista.

“Yo tengo cuatro niños pequeños que están a mi cargo y ahora mismo lo que tengo son 120 euros al mes y mi familia me echa una mano para pagar los gastos del piso”, explica Mercedes quien emigró a España desde República dominicana, hace 25 años.

Actualmente, en Yo Cocino Empleo, el 66% de los beneficiarios son de origen extranjero, mientras que un 46% de ellos conforman hogares monoparentales con personas dependientes a su cargo, lo que dificulta la posibilidad de buscar empleo para cubrir las necesidades básicas de la familia.

El norte es el empleo

Las vías hacia la inserción laboral se construyen diariamente con cada uno de los beneficiarios. La mejoría de sus condiciones y calidad de vida empieza por la entrega de alimentos preparados y frescos como fruta y verdura que ayudarán a la economía familiar y a la estabilidad para continuar la búsqueda activa de empleo.

“A la hora de la comida, estaba yo en casa pensando en qué inventar para darle a mis hijos de comer” describe Mercedes. Ahora, “hasta que consiga algo, saber que tendré comida para mis hijos es un alivio”, asegura, “ahora sé que no tengo que estar todos los días pidiéndole a mi familia porque cada quien tiene sus problemas”.

El alimento es solo otro escalón que influye en el objetivo del empleo y Mercedes lo mantiene presente pues, comenta que tiene “más soltura y más disponibilidad para buscar trabajo”.

Calidez y compromiso
Desde otra perspectiva, Luis, de 61 años, nos aclara que durante su vivencia dentro de Yo Cocino Empleo, “el tema alimenticio importa pero también el trato con las personas”. Él es peruano y hace 11 años que permanece en el paro; por esto explica que lo más importante es la amabilidad y el trato cordial que recibe.

El objetivo de dar una acogida que respete la dignidad de la persona es prioritario para el grupo de voluntarios y profesionales que dedica su tiempo a este programa.

“Aquí tienen vocación de servicio, se nota, y tienen respeto por la gente. Eso marca una diferencia”, afirma, al tiempo que destaca la importancia de recibir un reconocimiento y un trato empático sin importar su condición personal.

De esta forma, el compromiso con la promoción social y laboral de los beneficiarios marca el ritmo tanto como la cercanía para que sea un proceso personalizado hasta lograr su inserción laboral.

Como estos testimonios, 169 usuarios y sus familias a los que ha acompañado Yo Cocino Empleo, llevan consigo historias donde el riesgo de exclusión social está presente.

Para colaborar puedes ponerte en contacto con la Fundación Altius llamando al 912224050 y hacer una donación periódica en este link.


Lorena T. Afanador

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