En su escrito, el P. Eduardo va desgranando algunos aspectos importantes de la espiritualidad del Movimiento y de cómo vivir nuestra vocación. En concreto, al inicio de sus letras se pregunta “qué significa que venga Jesucristo como Rey a nuestra vida, a nuestro corazón”, precisamente a raíz de la invocación que rezamos a diario: “¡Cristo Rey nuestro, venga tu Reino!”.
También explica que hoy todos los cristianos estamos llamados a dar testimonio de adhesión a Cristo y a la Iglesia, pero “no se trata sólo de ‘darle tiempo al Señor’, quizá a través de la oración o del apostolado, sino de ‘darle el corazón”, es decir “la coherencia de vida” en la correspondencia al amor de Cristo.
Sobre esta celebración de Cristo Rey, el P. Eduardo manifiesta el deseo de que “quizás esta fiesta sea una oportunidad para hacer que el Regnum Christi sea un movimiento aún más abierto y acogedor, donde más personas puedan entrar en contacto con el amor de Dios”. Ese entrar en contacto con la misericordia divina, le lleva a exclamar: “¡Qué hermoso sería que en cada localidad, por nuestros apostolados pudiéramos practicar más conscientemente las obras de misericordia corporales y espirituales!”.
El P. Robles Gil repasa otros aspectos que puedes leer y reflexionar descargándote la carta en este link.
También explica que hoy todos los cristianos estamos llamados a dar testimonio de adhesión a Cristo y a la Iglesia, pero “no se trata sólo de ‘darle tiempo al Señor’, quizá a través de la oración o del apostolado, sino de ‘darle el corazón”, es decir “la coherencia de vida” en la correspondencia al amor de Cristo.
Sobre esta celebración de Cristo Rey, el P. Eduardo manifiesta el deseo de que “quizás esta fiesta sea una oportunidad para hacer que el Regnum Christi sea un movimiento aún más abierto y acogedor, donde más personas puedan entrar en contacto con el amor de Dios”. Ese entrar en contacto con la misericordia divina, le lleva a exclamar: “¡Qué hermoso sería que en cada localidad, por nuestros apostolados pudiéramos practicar más conscientemente las obras de misericordia corporales y espirituales!”.
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