16 de junio de 2015

Entrevista | Bernardita García: “La Iglesia reconoce en las consagradas del RC, una vocación nueva para la misión en el mundo hoy”

Bernardita García ha sido durante los últimos tres años la directora territorial de las consagradas en España. Le ha tocado abrir camino, liderar un cambio en la forma de gobierno que afecta no sólo a ellas sino a toda la familia Regnum Christi. Pasado este tiempo ha llegado su cambio de destino, Argentina. Pero antes de despedirse, Bernardita ha dedicado un largo rato a los lectores de LomásRC para abordar temas fundamentales como el gobierno de las consagradas, su visión del Regnum Christi, cómo las contemplan en otras instituciones de la Iglesia...






Has sido la primera consagrada directora territorial de España. Todo un reto del que no había precedentes. ¿Cómo se vive esta experiencia?
Vivir esta experiencia ha sido un verdadero regalo del Señor. La he vivido con grandísima ilusión, con deseos de llevar adelante la misión que Dios ponía en mis manos, muy consciente de que es Él el que me enviaba, me sostenía, y quería hacerme canal de su amor para las consagradas.

La he vivido tratando de estar muy a la escucha del Espíritu Santo, de mis consejeras en el gobierno, y de las consagradas del territorio.

También ha sido muy importante para mí buscar mantenerme en una actitud de docilidad y confianza filial con los instrumentos que la Iglesia nos fue poniendo y con el gobierno general de las consagradas.

Todo lo que hay en mi corazón es gratitud, a Dios por su confianza y las oportunidades que me ha dado de crecer por medio de este servicio, a la Iglesia que nos ha acompañado como verdadera Madre, a Gloria Rodriguez y el Gobierno General con quienes hemos trabajando mano a mano buscando iniciar el gobierno propio de las consagradas, a los Legionarios y familia del RC que nos han acompañado y apoyado en este nuevo paso, a las consagradas que me acogieron con cariño y confianza.


¿Qué necesidades tenía el territorio y a cuáles te has dedicado más?

Como antes no había sede territorial de las consagradas en España, y además no teníamos gobierno interno… mi trabajo debió de centrarse en poner en marcha esto. Podría decir que mi labor ha sido más “ad intra”.

Iniciar con las consagradas del territorio la reflexión de nuestra vida y estatutos, convocar la asamblea territorial para revisar las aportaciones para los estatutos de las consagradas, participar en representación del territorio en la asamblea general… y el último año y medio, seguir animando e impulsando la vida desde el estatuto que nos aprobó el cardenal de Paolis.

Otro eje central de este período ha sido el de reflexionar y renovar el modo de ejercicio de la autoridad. Una autoridad personal, pero con una participación importante de las consejeras territoriales. Y en el ámbito de las comunidades, acompañando a las directoras de las casas en su labor, corresponsabilizando a las consagradas de las comunidades en la marcha del día a día, la vida en “familia” y la misión.

También dada la realidad de disminución numérica con la que nos hemos encontrado, ha habido que impulsar una reflexión con las consagradas del territorio acerca del modo en que podemos responder a las necesidades de misión que se nos presentan, con el realismo y la pena de no poder seguir llegando a todo del mismo modo. Ha requerido discernir y decidir acerca del modo de abordar de un modo nuevo las tareas, y en más de un caso, dejar en manos de otros miembros del RC otras.

También para seguir consolidando y fortaleciendo en su vocación y misión a las consagradas, hemos debido de impulsar la formación permanente. Para ello hemos buscado alimentarnos a nivel personal o comunitario, de cursos de formación ofrecidos por diversas personas o instituciones de la Iglesia.




Por último, y no por ello menos importante, ha sido toda la labor conjunta en el gobierno del Regnum Christi. Inició casi como una “intuición”, sabíamos que todas las ramas del RC habían de participar… pero ¡no sabíamos cómo! El P. Jesús María Delgado, L.C., me fue introduciendo en todos los ámbitos del gobierno territorial… administrativos, comunicación, colegios, apostolados, localidades, etc… Después del capítulo General de la Legión, cuando se inició con el “horizonte” de trabajo conjunto que nos dio el “Marco de colaboración” y el inicio del comité directivo territorial del RC, esa ha sido una tarea preciosa y llena de desafíos en la que también he debido de colaborar.

Supongo que quedan cosas por hacer en este periodo, ¿qué tareas dejas pendientes para tu sucesora?
Efectivamente, creo que la tarea que queda más “incompleta” es la de seguir adelante con el gobierno conjunto del RC por medio de la participación e impulso del comité directivo territorial del RC en España. Éste órgano de gobierno conjunto es muy nuevo, y no podrá madurar del todo mientras no termine el proceso de revisión de los estatutos de los miembros de primero y segundo grado, condición indispensable para que lleguemos a la configuración canónica del TODO del RC.

¡Hay que invertirle tiempo, cabeza, corazón, oración, discernimiento, para seguir avanzando según el ritmo y querer de Dios… es apasionante! Un camino a recorrer mano a mano con todos los que componemos esta familia espiritual. Creo que es algo en lo que Lourdes deberá de involucrarse en primera persona, junto con el P. Carlos Zancajo, L.C., y los miembros del comité.


¿Hay algo que te haya sorprendido de la vida del Movimiento y que no habías descubierto antes?
Pertenezco al RC desde que tengo 13 años… primero como miembro del ECYD, luego en la sección de jóvenes… finalmente desde hace 19 años, consagrada. No podría decir que haya descubierto nuevas cosas… pero sí puedo decir que es verdaderamente sorprendente la acción de Dios en el Movimiento, en el corazón de sus miembros. Esta nueva etapa que vivimos, que ha despertado con mayor fuerza la certeza de que todos hemos sido llamados a formar parte de esta gran familia, que compartimos una vocación, un carisma, una misión común… que precisamente la diversidad de cada vocación es una enorme riqueza, que aportamos TODOS y que TODOS somos necesarios… es algo que brilla con nuevo ardor. Me ha sorprendido la belleza, renovada de nuestra vocación y misión común en el RC para la extensión del Reino de Cristo.

A la hora de gobernar un territorio, ¿qué se necesita más: corazón, normas, conocer a las personas, cintura y mano izquierda…?
Creo que lo que más se necesita es ORACIÓN Y DOCILIDAD A DIOS. No se puede gobernar desde normas… desde perspectivas y juicios personales. Tampoco diría yo que se puede gobernar desde el propio corazón (muy pequeño, porque siempre es humano)… Gobernar requiere amar, más bien, que Dios pueda amar en nosotros, a nuestros hermanos a los que estamos llamados a servir. Sólo contemplando a Jesús, en su servicio, en su entrega… sólo suplicándole a Él que guíe, que fortalezca, que acompañe… sólo intercediendo por las personas encomendadas, sabiendo que Él es el Señor de los corazones y que es la acción de su gracia la que trasforma e instaura el Reino… sólo desde ahí se puede uno prestar a un servicio de gobierno, durante el tiempo que Él encomienda esa tarea.

¿Cómo os ven a las consagradas y al proceso de renovación en otras instituciones de la Iglesia?
He estado en contacto con hombres y mujeres de iglesia de diversas instituciones y diócesis. Todo lo que he recibido son palabras de ánimo, de aliento, invitándonos a seguir con mucha confianza el camino.

También me han dicho que consideran que la docilidad al paso que la Iglesia nos ha ido marcando, como una característica que admiran y que consideran ha sido la clave.

Otros reconocen en nosotras, las consagradas del RC, una vocación “nueva” con características muy propias y necesarias para la misión en el mundo hoy. Vivir una vocación de total entrega a Dios, con conciencia de nuestra esponsalidad con Jesucristo, vida comunitaria y dedicación a la evangelización, pero sin ser religiosas… sino como laicas, es algo nuevo. Tenemos el reto y la responsabilidad de seguir ahondando en el don recibido y madurando nuestra identidad, porque es un don para la Iglesia.
Ahora te vas a Argentina, ¿a qué te vas a dedicar?
Voy como directora de la comunidad de consagradas de Buenos Aires y también a apoyar en la pastoral dentro de uno de los colegios del RC de esa ciudad.

El año pasado, nos decías en la sección What’s Up consagradas: “El cambio de destino es, definitivamente, de las realidades que más me cuestan de mi vocación...”. ¿Qué sentido tiene? 
¡¡¡Los cambios me cuestan, y mucho, porque entrego el corazón y lo que soy a las personas con las que he convivido y compartido TANTO!!! También he recibido mucho cariño y he sido muy enriquecida por todos ellos… Los quiero de verdad, y aunque el Señor es el centro de mi corazón y el único dueño de mi vida, no me quita las “lágrimas” de dejar a quienes Él puso en mi camino en este tiempo.

Antes de que te vayas, ¿nos das un consejo para que vivamos más y mejor el carisma de la familia Regnum Christi en España?
Creo que el único consejo que podría dar, es que nadie deje de ser lo que está llamado a ser. Y desde ahí, aportar lo propio de su vocación dentro del RC. Todos nos necesitamos, tenemos un papel insustituible…



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