¿Cómo nació la idea de escribir este libro?
La idea me vino desde que yo misma soy adolescente. Nunca encontraba respuestas breves y satisfactorias a mis preguntas sobre Dios, sobre la vida, sobre la oración, sobre la felicidad verdadera… Durante estos últimos años en París, mi misión era ser catequista a tiempo completo con jóvenes. Inconscientemente fui recolectando las preguntas que me hacían en clase… y ¡así nació el libro!
¿Por qué preguntas y respuestas?
Porque permite responder sin rodeos, además con la seguridad de que estoy respondiendo a inquietudes reales de la personas y no a “mis” preguntas. También permite al lector dirigirse directamente al tema que más le interesa.
Bueno, yo ya soy creyente, este libro no me hace falta. ¿No crees?
Bueno, yo ya soy creyente, este libro no me hace falta. ¿No crees?
Creo que sí, que este libro puede servirte de algo, pues nunca hemos terminado de avanzar en el camino hacia Dios. Este libro es más que un texto con respuestas a dudas, es también una guía para ahondar en la oración y en la amistad con Cristo a través de citas y oraciones de los más grandes santos.
Esto que acabas de decir, me ha llamado la atención en el libro: al final de muchos capítulos hay oraciones hermosísimas y muy bien buscadas para el tema que trata...
Esto que acabas de decir, me ha llamado la atención en el libro: al final de muchos capítulos hay oraciones hermosísimas y muy bien buscadas para el tema que trata...
La razón de estas oraciones es porque la fe no se explica solamente con argumentos y razonamientos. Es vital que nuestra fe se vuelva “experiencia” o “encuentro” con Dios. Si no, Dios sería como una “idea” en mi vida, no como una persona. Dios es una persona que se deja encontrar y sobre todo que viene a nuestro encuentro en la oración y a través de los santos y las santas que nos han precedido en este camino.
Entonces, diriges el libro a los que tienen dudas, y también a creyentes e, incluso, no creyentes. ¿Estamos todos en Camino hacia creer más?
Entonces, diriges el libro a los que tienen dudas, y también a creyentes e, incluso, no creyentes. ¿Estamos todos en Camino hacia creer más?
Sí, todos. Sería preocupante que ya no tengamos dudas o preguntas. El misterio de Dios no se puede agotar con nuestra pequeña inteligencia. En toda nuestra vida seremos buscadores de Dios. Esto es precisamente lo más entusiasmante: ¡nunca dejaremos de ser sorprendidos por la novedad de Dios!
El libro tiene un perfil de lector juvenil, pero también trata temas que afectan a todos a la gente más mayor.
El libro tiene un perfil de lector juvenil, pero también trata temas que afectan a todos a la gente más mayor.
Al inicio, yo pensaba que efectivamente el libro se dirigía más a jóvenes, pero poco a poco fui dándome cuenta que adultos y también personas ancianas se hacen todavía las mismas preguntas que los jóvenes, pues muchas veces no han sido respondidas, incluso por muchos años de vida que tengamos.
En tu libro hablas de que Dios se sirve del que duda para evangelizar a los que dudan. ¿Puedes explicamos esto un poco más?
En tu libro hablas de que Dios se sirve del que duda para evangelizar a los que dudan. ¿Puedes explicamos esto un poco más?
Me refiero al ejemplo de santo Tomás apóstol. Tomás estaba ausente cuando Cristo se les apareció a los apóstoles en el cenáculo, en Jerusalén, después de su resurrección. Se negaba a creer a los demás y exigía no sólo ver a Jesús también, sino además tocarlo con sus manos. A los pocos días, Jesús se les aparece de nuevo, Tomás estando presente. Y Jesús le dijo: “Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!” (Jn 20, 29). ¡Esta simple frase de Jesús a Tomás es lo que ha hecho vivir en la fe a todos los cristianos desde hace más de dos mil años! Así que nuestras dudas, cuando son sinceras, encuentran, tarde o temprano, una respuesta.
Por cierto, hablando de fe, no hemos dicho qué es. ¿Me puedes definir lo que es?
Por cierto, hablando de fe, no hemos dicho qué es. ¿Me puedes definir lo que es?
Sobre este temas se han escrito miles de tratados… me atrevo a responder muy sencillamente: la fe es una fuerza y una luz para avanzar con confianza en el camino de la vida, cogidos de la mano de Dios. La fe no te quita los problemas, ni las dificultades, pero es una guía segura para atravesar todas las tormentas, pues te asegura que nunca estás solo.
Fernando de Navascués
Fernando de Navascués
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