Rocío Solís, coordinadora del Instituto John Henry Newman, destaca que la sobremesa es más bella si se comparte todos juntos con cafeína. Y es precisamente ese el propósito de los cafés Newman de la Universidad Francisco de Vitoria: tratar conjuntamente temas que preocupan e interesan a las personas.
En este evento, celebrado el 18 de febrero, cobró protagonismo el sufrimiento. No se trató de una conferencia, ni una mesa redonda, sino un debate abierto, pensado para enriquecer con distintas visiones de las cosas a quienes participan en él activamente y a quienes escuchan.
El sufrimiento, como recalcaron sus ponentes, no es un tema; es una realidad que cose vidas. “Aunque de forma distinta, todos sufrimos y eso nos une”, argumentó Rocío, a lo que continuó: “Pero aquí no vamos tampoco a dar respuestas a algo tan sagrado como es el dolor”.
Estos encuentros duran una hora y están pensados para presentar una realidad de la vida en pocos minutos. Acompañando a Rocío Solís estuvieron Santiago Huvelle, investigador del Instituto John Henry Newman, y Juan Serrano, profesor de Humanidades en la UFV.
Los tres insistieron en que la clave a estas cuestiones se encuentra en saber hacer la pregunta correcta, para dar con las respuestas adecuadas. “El instituto lo que hace es preguntarse”, explicó Rocío.
Cada persona tiene sus preguntas y, por tanto, sus respuestas, pero lo esencial es afinar en las primeras. A partir de las escenas de dos películas diferentes con situaciones de sufrimiento para activar la mirada (Friday Night Lights y Los comulgantes), se dio paso a las intervenciones de los asistentes. De este modo, y como objetivo de Instituto, trataron de buscar juntos la Verdad.
Huvelle aclaró que el sufrimiento no es un problema sino un misterio. Y eso exige unas condiciones distintas: “El misterio nos abre a una pregunta: ¿Por qué?”
Cuando las personas afrontan cualquier problema, consciente o inconscientemente, siempre se posicionan. Puede ser desde la desesperación, la huida o la resignación, pero todas ellas son respuestas. También la fe es una forma de afrontamiento, aunque en ocasiones, como aclararon los ponentes, puede tratarse de un tópico para perder de vista el drama real.
“Cuando expresamos el dolor lo hacemos como si fuera algo injusto contra lo que nos rebelamos”, añadió Santiago Huvelle. ¿Tiene sentido sufrir? Tanto si se afronta como si no, se está reaccionando ante el problema.
La respuesta al porqué del sufrimiento es propia y personal de cada uno; cada persona debe averiguar el sentido de ese dolor, a lo que algunos responden apoyándose en la fe.
Que el sufrimiento se sana con ayuda de los demás o que simplemente forma parte de la vida misma y que solo se deja de sufrir cuando se muere, fueron algunas de las ideas que surgieron en este encuentro.
Sin respuestas cerradas, pero con amplias meditaciones y aportaciones personales de experiencias de los asistentes, el Café Newman concluyó su segunda edición en el Edificio E de la Universidad Francisco de Vitoria. La próxima cita está programada para el próximo 18 de marzo.
Fuente:
Elena Parlange, alumna de 2º Periodismo de la UFV
Mirada 21
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