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11 de noviembre de 2014

Marta Rodríguez, directora del Instituto de Estudios Superiores para la Mujer: las consagradas “podríamos hacer mucho desde institutos culturales, medios de comunicación, fundaciones…”

Marta Rodríguez es la directora del Instituto de Estudios Superiores para la Mujer, dependiente del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum. Está acostumbrada a tratar con políticos, profesores universitarios, mujeres profesionales… En esta entrevista, nos explica su trabajo en un mundo académico y laico, y cómo su presencia de mujer consagrada en este ámbito también es evangelizadora.

Marta es española, exalumna de Everest School Monteclaro, para más datos. En su momento perteneció al ECyD y desde los 15 años al Regnum Christi. Marta tiene una magnífica formación: en la universidad Anáhuac estudió Ciencias de la educación, las carreras de bioética y filosofía en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, y un máster en consultoría filosófica y antropología existencial por este mismo centro de estudios. En estas fechas acaba de cumplir 17 años de consagrada.



Tu trabajo se da ordinariamente en un ambiente intelectual y laico. ¿En qué aporta la vivencia de la consagración en este campo?
Me impresiona siempre el impacto que tienen nuestra vocación en los ambientes más laicos. Me he encontrado hablando de Dios en los lugares más extraños: un gran banco en Milán durante un congreso con administradores de bancos, en la cafetería del Parlamento Europeo, entre feministas de un sindicato, con empresarios en una cena de gala…

 

Voy a estos lugares como directora de un Instituto académico, pero algo tenemos en nuestro carisma que enseguida atrae a las personas, les ayuda a abrir el corazón... y de manera espontánea te preguntan quién eres, qué te mueve a vivir así.

Me parece que nuestra consagración es una luz muy brillante en medio de las realidades del mundo. Tiene mucho que decir al mundo, y en concreto a la mujer de hoy. Vernos les ayuda a ver con más claridad lo específico de la feminidad y de la maternidad, y de su misma vocación al amor. 

¿Tú sientes que con tu misión estás evangelizando?
¡Claro que sí! Todo es evangelizador… La consagración es algo que da un ambiente y un espíritu distinto a todo lo que hacemos en el Instituto. Poco a poco va tocando la vida de las personas con las que más trabajo… profesores que se confiesan después de muchos años, jóvenes que deciden confirmarse por el impacto de nuestro testimonio después de un congreso, hombres y mujeres que piden ayuda para crecer en su vida cristiana… Venir a un curso o a un congreso es muchas veces el inicio de una aventura que les cambia la vida. Es precioso ver cómo Dios nos usa, a veces de la manera más inesperada.

¿Cómo ves el desarrollo profesional de las consagradas en otros campos que no sean únicamente colegios o secciones del movimiento?

Como decía Edith Stein, la mujer puede humanizar el mundo de la ciencia, de la política, de la economía… No creo que estemos llamadas como consagradas a ser científicas o economistas (prima
nuestra misión como evangelizadoras), pero eso no quita que no podamos iluminar y tocar estas realidades. Así lo hemos reflexionado y visto al elaborar nuestros estatutos. Por ejemplo, desde el trabajo que hago en el Instituto, de alguna manera tocamos el mundo de la economía y también de la política. Creo que podríamos hacer mucho en este sentido desde consejos pontificios, institutos culturales, medios de comunicación, fundaciones
 

De tu experiencia de este apostolado, ¿qué es lo que más te gusta?
Una de las cosas que más disfruto de mi trabajo, además del contacto con las almas de “las periferias” culturales, es el trabajo en equipo con las otras ramas. Mi trabajo es principalmente con legionarios y seglares, y ahí me siento llamada a crear comunión y hacer familia, como dicen nuestros estatutos. Es precioso colaborar y crecer juntos en esto. Aprendo mucho de los padres con los que trabajo, y de su sencillez para buscar complementarnos y colaborar.

¿Cuál fue el detonante de lo que os motivó a un grupo de consagradas a fundar el Instituto?

Desde el 2000, un grupo de varias consagradas trabajábamos en Roma en un proyecto cultural que entonces se llamaba Mujer Nueva. Como parte de este trabajo, dimos vida a instituciones y asociaciones de diverso tipo, que pudieran vehicular el trabajo de pensamiento en este campo. Nos lanzamos en el 2003 sin tener muy claro qué era un Instituto, y cómo funcionar dentro de una Institución como el Ateneo… esto lo fuimos viendo con el tiempo, al ritmo del Espíritu Santo.

¿Cómo se inserta el Instituto en una institución académica de grado superior para las ciencias eclesiásticas como el Ateneo Regina Apostolorum?
La misión del Ateneo es formar a sus alumnos para que impregnen de espíritu cristiano toda la sociedad. El Instituto se concibe dentro de esta misión como una “extensión universitaria”: un brazo que permite al Ateneo alcanzar ámbitos culturales lejanos del mundo académico.

A nivel operativo, el Instituto no pertenece a ninguna facultad, porque su trabajo es transversal. Colaboramos con las tres facultades, y también con el Instituto de Ciencias Religiosas.

¿Que promueve el Instituto a través de sus actividades?
Nuestra bandera principal es la valorización y respeto de la feminidad, y de la maternidad entendida en sentido amplio, como un rasgo específico de la mujer, y no sólo de la mujer que tiene hijos. Promovemos también la responsabilidad y la ética social.

¿En qué sectores trabaja el Instituto?
Tenemos dos grandes sectores: uno propiamente antropológico, y el área de mujer y trabajo. En el área de antropología, estamos trabajando en un proyecto de investigación sobre la especificidad de la mujer y su papel en la Iglesia y en el mundo. Queremos responder de este modo a la invitación del Papa Francisco de profundizar en la antropología y la teología de la mujer.

En el área de mujer y trabajo, queremos valorizar el aporte específico de la mujer al mundo del trabajo, y promover una cultura de conciliación familia y trabajo.

¿Cuáles son los proyectos en los que están trabajando actualmente?
En el área de antropología contamos con un grupo de investigación con el que hemos hecho un programa de trabajo a tres años. El grupo está formado por expertos de distintas disciplinas: teología, filosofía, neurociencia, psicología, derecho, bioética. Es gente muy preparada que está trabajando con gran entusiasmo. Con ellos mismos hemos lanzado un diplomado (este año es la tercera edición). Este año se llamara “Genero, identidad y diferencia sexual”. Se busca aclarar los fundamentos de la identidad y diferencia sexual y responder a las problemáticas que hoy nos presenta la sociedad y la cultura (en el campo de la educación, de las leyes, etc.). Un módulo opcional es un seminario más práctico dirigido a grupos concretos: psicólogos, filósofos, abogados. Estos módulos se conciben como laboratorios de ideas e iniciativas concretas en el campo de trabajo.

En el área de mujer y trabajo, estamos empezando una mesa de expertos provenientes del mundo empresarial, sindical, del asociacionismo y académico, con los que estamos trabajando en un modelo organizativo del mundo del trabajo basado en la flexibilidad espacio/temporal, que favorezca la conciliación familia y trabajo. De este trabajo de investigación surge una serie de seminarios y congresos para formar a las personas que trabajan en recursos humanos y dirección de empresas de empresas en estas áreas.


Otro proyecto es la revista de Valore Mamma, que nace como revista impresa (imprimimos 10.000 copias y las distribuimos gratuitamente en hospitales, consultorios, colegios), con el objetivo de promover y sostener la maternidad, pero no es solo una revista. Se concibe como un proyecto más amplio con todo un programa de formación para las madres y con actividades culturales.

¿Y proyectos para el futuro?
Desarrollar y consolidar estos proyectos es nuestra prioridad para los próximos tres años, y lograr que tengan un alcance cada vez mayor. En estos años nos queremos concentrar en Italia. Más adelante, podemos desarrollar la vocación internacional del Instituto y potenciar el trabajo de red con otras universidades e Institutos en Europa.

Hay otros proyectos que nos gustaría desarrollar en el futuro, como el de la imagen de la mujer en el mundo de la moda. Nos gustaría potenciar mucho más el trabajo con jóvenes; pero vamos paso a paso.

¿Colaboran con otras instituciones?
Sí, hemos colaborado con diversas asociaciones e instituciones, comenzando por varios Consejos Pontificios, sobre todo el de los laicos, la familia y la cultura. También con otras universidades 
que trabajan en nuestros temas. Con el mundo empresarial tenemos una mesa de expertos con representantes de Federmanager, Manager Italia, Telecom... Además, cada año organizamos un congreso para jóvenes en la sede del Parlamento Europeo y la Comisión Europea, en Bruselas.

¿Cómo ven el Instituto en 5 años?
Creo que podemos dar una aportación importante en el campo de la investigación. Y ser un punto de referencia sobre el tema de la mujer en el mundo eclesiástico, y sobre la cultura family friendly a nivel nacional.

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