7 de julio de 2014

Carta del P. Carlos Zancajo, LC, a los miembros de Regnum Christi de España

El P. Carlos Zancajo, LC, que será el nuevo director territorial del Regnum Christi y la Legión de Cristo para España a partir del próximo 15 de octubre, ha enviado una carta a todos los miembros en la que agradece las expresiones de cariño que ha recibido, comparte cuáles eran sus planes para los próximos años, y cómo ha acogido su misión en España.





A mis hermanos y hermanas
legionarios y miembros del Regnum Christi
del territorio de España


Muy queridos en el Corazón de Jesucristo, nuestro divino Redentor:

Todavía no soy nadie en el territorio de España y me he sentido
abrumado por tantas muestras de afecto, apoyo espiritual y colaboración
que me han enviado las consagradas/os, legionarios y miembros del
Regnum Christi. Casi no conozco a ninguno de ustedes, pero quedo muy
reconfortado con su afecto fraterno y lo agradezco desde muy dentro,
porque les confieso que he tenido miedo por esta carga del gobierno que
el Señor me acomoda sobre hombros tan exiguos e inexpertos.
Puedo decir delante de Dios que estos últimos 30 años de vida quise
invertirlos solo en el trabajo por implantar el Reino de Cristo en muchos
queridos corazones de Venezuela, pero sin hacer ruido, parco en palabras
y lo más discreto posible, porque un legionario debe ser “amante del
silencio, la justicia y la sobriedad” (me gusta mucho mi fichita de “Un
legionario debe ser…”).

Además, tenía en mi corazón el plan secreto de recorrer el último
trecho de mi vida –corto o regular– en Venezuela, dedicado a dar forma a
ciertos papeles producidos a trochemoche en la docencia y la predicación,
a realizar algunos proyectos educativos más para niños de diversas clases
sociales, y a promover familias jóvenes o ayudar a perseverar en el amor a
las demás. Todo ello en Venezuela, que ha sido mi querido ámbito familiar
de vida y trabajo, conocido y cargado de cálidos afectos.

Estos eran mis sueños acariciados. Pero el ángel del Señor hace unos
días me despertó de ellos y me dijo: “Levántate y vete al país que Yo te
mostraré”. Y dije: “Oh Dios: Aquí estoy para hacer tu Voluntad. Lo dije en mi
corazón, pues Tú bien sabes cómo amo yo tus mandamientos. Tus manos me
hicieron y me formaron; ¡haz que lo comprenda siempre, Señor, y entonces
amaré tus preceptos!”.

Y aquí estoy: soldado raso, servidor de Dios y de ustedes, como dijo la
Virgen María que era una mujer sencilla, que dijo sí y no preguntó por qué. Y
le digo a Ella: “Ave María de mi Señor, el tiempo pasa, no vuelve atrás. Ave
María, Madre de Dios”. Ahora cuento con todos ustedes para que nuestra
familia espiritual sea lo que Dios quiere. Y espero que no me arrojen a los
leones, pues estoy muy lejos de tener el temple de san Ignacio de Antioquía,
aunque lo admiro mucho.

Me despido. Perdón por no responder a cada uno; por ahora el tiempo
no me da. Y les digo con san Agustín: “Con vosotros soy siempre cristiano,
para vosotros seré por un tiempo corto responsable y supervisor”. Sus
oraciones desinteresadas y frescas me sostengan. Las mías también son para
ustedes, aunque creo que les alcanzarán para poco, salvo por la Divina
Misericordia que sobreabunda para todos.

Hermano suyo en Jesucristo,

José Carlos Zancajo, L.C.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por darnos tu opinión