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Mari Carmen Ávila nació en México, D.F. Es la mayor de 6 hermanos. Su papá era militar y se fue a vivir a México después de la guerra, y su mamá es de Puebla. Es una familia de arraigadas tradiciones españolas y se enorgullece de contar en su árbol genealógico con tres santos: san Francisco Javier, san Francisco Solano y San Juan de Ávila. Algo que le ha marcado mucho es la unidad de su familia y la vivencia de la fe. En Navidad, antes de cenar, el más pequeño de la familia acostaba al niño Jesús y los Viernes Santo iban todos a rezar el viacrucis a la parroquia.
1. ¿Cómo conociste el movimiento?
Lo conozco desde 1971, mis hermanos fueron al colegio Cumbres. Conocí a los legionarios cuando se fueron los jesuitas y mis hermanas son de la primera generación del Colegio del Bosque. Fui alumna de la Anáhuac.
Mis primeras experiencias del movimiento fueron con el P. Rodero cuando aún era hermano y estaba en prácticas. El era muy cercano con mi familia incluso cuando volvió a Roma, y eso se me quedó muy grabado. A las consagradas las conocí en el Colegio del Bosque, aunque debo reconocer que quienes me atraían más eran los legionarios y no tanto las consagradas. Tardé mucho tiempo en incorporarme al movimiento porque yo ya tenía mi vida de oración y de apostolado.
Los últimos tres años del colegio fui profesora de inglés. Estudié la carrera de diseño industrial, que es lo que realmente me gusta porque combina lo artístico y lo ingenieril. Me gusta inventar. Mi mamá me ofreció como profesora de inglés en el Colegio del Bosque, donde trabajé durante seis años. Allí tuve la experiencia de ver sufrir a las consagradas y eso cambió la pobre visión que yo tenía de ellas.
Me incorporé al movimiento al ver el cambio que hubo en mis hermanos y sobretodo me convenció el ver que uno de ellos rezó durante 4 años el rosario para que yo me incorporara. Finalmente me incorporé a los 24 años y me consagré a los 25 habiendo profundizado paulatinamente mi entrega en el Movimiento.
El día de mi confirmación me consagré espiritualmente a Dios, y me entregué al Espíritu Santo. Cuando me incorporé al Regnum Christi, desde el primer momento intuí que iba a terminar en consagración. Iba a ser colaboradora, tenía destino en Madrid, pero ya no llegué porque Dios me llamó a entregarle toda mi vida.
2. Si fueses a una entrevista de trabajo, ¿cómo te describirías?
Yo me comprometo hasta el final, con mucho detalle. A todo le tengo que poner colores, referencias. No me gustan las cosas aburridas. Mi Outlook es rosa, siempre uso tipos de letra distintas. Me encanta el trabajo en equipo. A veces hago el tonto aunque todo el mundo cree que soy sumamente seria.
3. Cuando eras pequeña, ¿qué soñabas ser?
Bailarina y cantante. Mi papá me llevo a ver una vez a un payaso y yo salí corriendo a cantar con el payaso cuando invitó al público a ir a cantar con él.
4. Cuéntanos algo que haya cambiado en ti o en tu visión de nuestra vida en este año que hemos dedicado a la revisión de los Estatutos.
El mayor aprendizaje ha sido el dar tiempo para que la gracia de Dios toque los corazones y sean Dios y el Espíritu Santo los que toquen a las almas y las lleven; porque yo soy muy práctica y cuando veo algo claro, actúo. Este año ha sido todo lo contrario: ver una cosa y esperar para darle tiempo a Dios y ver cómo Él toca a las almas para llevarlas a donde Él quiere. Que recorran ese camino desde la libertad personal y no porque tú les digas.
5. En este tiempo de reflexión y oración con la comunidad formada por las todas las participantes de la Asamblea, ¿qué has aprendido?
Al inicio lo pasé fatal. Porque yo quería vivir algo como lo que fueron las asambleas territoriales. Yo estaba nerviosa porque no sabía cuál iba a ser mi futuro. Pasé la semana antes de la elección haciendo actos de abandono.
Me dio mucho gusto ver a gente que llevaba mucho tiempo sin ver y descubrir que, en lo esencial, en lo fundamental, estamos de acuerdo. La oración que hicimos juntas en la capilla un día en que reflexionábamos sobre el espíritu me ayudó, porque escuché llorar a muchas, y vi esas lágrimas como el deseo de cada una de que no perdiéramos el don que Dios nos ha dado.
6. ¿Qué has sentido al ser elegida? Cuéntanos lo que seguramente cambiará en tu vida.
Dios me confirmó en un deseo que Él ha puesto en mi corazón que es el de servir y hacerlo construyendo, porque siempre me han tocado apostolados donde se ha tenido que coger lo que hay y reconstruir con paciencia. Sentí una confirmación de Dios de que ese deseo era de Él y no mío.
Yo de natural soy mucho más apostólica. Estar en una oficina me cuesta, me subo por las paredes. Me duele en el alma no poder seguir dando direcciones espirituales. Me duele el no tener el contacto con la gente en el apostolado.
7. ¿Cuál ha sido tu experiencia trabajando con las otras ramas del Movimiento?
Con consagrados ha sido un total descubrimiento porque en la vida no había cruzado palabra con ellos. Por los legionarios siempre he tenido un especial aprecio. Dios me ha pedido mucho un acercamiento espiritual con ellos, irles a hablar y decirles lo que veo, lo que pienso y siento. Me ha ayudado mucho darles ánimos, ayudarles a elevar su mirada, llevarlos a la esperanza y a la confianza.
8. ¿En qué contribuyó la presencia de miembros de las otras ramas durante la asamblea?
Nos ayudó a acercarnos al P. Sylvester, es muy humano y normal, lo cual ayuda a que no se creen barreras o dificultades. Jorge López y Félix Gómez Rueda mostraron mucho interés y verdadero aprecio; Iliano Piccolo se metió a fondo y dio valiosísimas aportaciones mostrando un verdadero cariño hacia nosotras.
9. ¿Qué te ilusiona de los próximos 6 años?
Es una nueva etapa donde lo que se ve en el horizonte es construir e impulsar. Me ilusiona el trabajo con el consejo porque las conozco bien a todas y son personas con las que voy a poder trabajar en equipo. También me ilusiona poder dar el cariño que yo siento por el movimiento y las consagradas.
10. Dinos 4 palabras clave sobre la nueva página que se empieza a escribir en nuestra historia.
Construir
Crecer
Ahondar
Elevar
Crecer
Ahondar
Elevar
11. ¿Qué más te gustaría contar o compartir a las demás consagradas? ¿Tienes algún mensaje para ellas?
Que para mí el núcleo de todo está en el encuentro con el Amor y en la respuesta al amor, y que ojalá todas nos centremos en eso.
Mari Carmen estudió Diseño Industrial en la Universidad Anáhuac y es también Licenciada en Educación y Desarrollo. Ha desempeñado su servicio apostólico en Roma, Suiza, Francia, España y México dirigiendo instituciones educativas, y trabajando con jóvenes y adultos durante 22 años. Ha colaborado también en la formación de consagradas. Ha sido miembro del consejo general desde hace un año y medio. Tiene 54 años y 29 de vida consagrada.
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