El fin de semana previo a la Navidad, en el centro vocacional de Vall de Flors, Valencia, se reunieron para una cena navideña todas
las familias de los precandidatos. La tarde empezó con el rezo del Rosario con la peculiaridad de que cada familia dirigía un Misterio.
Posteriormente, hubo un rato de adoración y la bendición Eucarística en la que se pidió de manera
especial por las vocaciones. Después de la cena, en la que reinó un ambiente de
mucha espontaneidad, se hizo un concurso de villancicos. El requisito
para participar era que todos los miembros de la familia se sumaran a cantarlo.
También dos de los precandidatos presentaron una canción
que ellos mismos compusieron. En ella narran su experiencia vocacional. Al
escuchar la letra, el ambiente se llenó de emoción.
Este tipo de actividades muestra cómo tener un hijo en el seminario no lo aparta de la familia, antes bien, lo
acerca mucho más por la alegría que
transmiten, y le da la oportunidad a la propia familia de entrar en contacto
con otras que buscan también compartir el ideal de una posible vocación
de sus hijos.
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