Se trató de una serie de sesiones de formación, oración, trabajo, prácticas y dinámicas dirigidas a hacer una experiencia en primera persona de lo que significa ser Responsable del ECyD y cómo un Responsable, acompañado por sus formadores, puede diseñar dinámicas, actividades, encuentros con sus chicos y chicas de forma que se disfrute del estilo de vida que significa ser y estar en el ECyD.
La alegría y la satisfacción de todos, quedó plasmada en cada uno de los momentos compartidos: rezaron, escucharon, aprendieron, discutieron, bailaron, compitieron... En fin, una experiencia que afianzó la certeza de que en el ECyD se puede encontrar a Cristo; de que se puede encontrar el sentido de ese momento tan definitivo y apasionante que es la adolescencia y el resto de la vida.
La alegría y la satisfacción de todos, quedó plasmada en cada uno de los momentos compartidos: rezaron, escucharon, aprendieron, discutieron, bailaron, compitieron... En fin, una experiencia que afianzó la certeza de que en el ECyD se puede encontrar a Cristo; de que se puede encontrar el sentido de ese momento tan definitivo y apasionante que es la adolescencia y el resto de la vida.
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