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19 de noviembre de 2013

El Papa Francisco consagra obispo a monseñor Vérgez

El pasado viernes 15 de noviembre, en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco confirió la ordenación episcopal a monseñor Fernando Vérgez Alzaga, L.C., quien el pasado 30 de agosto fue nombrado secretario general del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano y el 15 de octubre fue elegido obispo titular de Villamanga de Proconsolare. Concelebraron con el Santo Padre numerosos cardenales y obispos, así como un nutrido grupo de sacerdotes. También asistieron empleados del Vaticano, así como los legionarios, las consagradas y los consagrados presentes en Roma. Entre los obispos coconsagrantes se encontraba monseñor Brian Farrell, L.C., secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.




“Fernando, hermano queridísimo, tantas cosas me vienen a la memoria en este momento –comentó el Santo Padre en su homilía-. Elegido por el Señor, reflexiona que fuiste elegido entre los hombres y para los hombres. Fuiste constituido en las cosas que tienen que ver con Dios. El episcopado, en efecto, es el nombre de un servicio, no de un honor. Ya que al obispo le compete más servir que dominar, según el mandamiento del Maestro: quien es más grande entre ustedes, se haga el más pequeño. Y quien gobierna, que gobierne como aquél que sirve”.

En una emotiva homilía el Papa recordó también el servicio que Mons. Vérgez ofreció al cardenal argentino Eduardo Pironio durante los años que fue su secretario particular: “En este servicio, pienso, en aquel gran servicio de ternura y caridad que tú has ofrecido al Cardenal Pironio. Estoy seguro que él está entre nosotros en este momento y se alegra. En nombre de la Iglesia te agradezco de nuevo. Servicio humilde y silencio, servicio de hijo y de hermano. También recuerdo con alegría la amistad con el cardenal Quarracino que te quería tanto. Y también hoy te confieso, al sentir estos cantos tan bellos, no puedo dejar de pensar en el canto de las hermanas Benedictinas de Victoria que en este momento siguen esta ceremonia. Estás bien acompañado hoy”.

El Santo Padre recordó también la labor pastoral que encierra su ministerio como obispo con los empleados del Vaticano: “Sé fiel y custodio dispensador de los Misterio de Cristo y de un modo especial a los que se te ha confiado este cuidado pastoral: los dependientes del Vaticano. Eres padre y hermano de ellos, con verdadero amor y ternura. Colocado por el Padre como cabeza de su familia, sigue siempre el ejemplo del Buen Pastor que conoce sus ovejas, por ellas es conocido y por ellas no ha dudado en dar la vida. Ama con amor de padre y hermano a todos aquellos que Dios te confía, sobre todo a los presbíteros y diáconos, tus colaboradores en el ministerio. También los pobres, los indefensos, y cuantos necesitan ser recibidos y ayuda. Exhorta a los fieles a cooperar en el empeño apostólico y escúchalos con gusto. Ten gran atención a quienes no pertenecen al único redil de Cristo, porque ellos también te fueron confiados en el Señor. Acuérdate que en la Iglesia Católica, reunida por el vínculo de la Caridad, estás unido al Colegio de los Obispos y debes llevar en ti la solicitud de todas las Iglesias, socorriendo, generosamente aquellas que tienen más necesidad de ayuda. Vigila con amor y gran misericordia sobre todo el rebaño, en el cual el Espíritu Santo te pone a regir la Iglesia de Dios. En el nombre del Padre, del cual haces presente su imagen. En el nombre de Jesucristo, su Hijo, en el cual has sido constituido Maestro, Sacerdote y Pastor. En nombre del Espíritu Santo, que da vida a la Iglesia, que con su Poder sostiene nuestra debilidad”.


Su primera celebración eucarística como obispo tuvo lugar al día siguiente, sábado 16 de noviembre.

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