¿Cómo se vive una asamblea territorial? La asamblea tuvo un
día de inicio y otro de término, pero a esos días se llegó tras casi tres años
de formación, reflexión y sobre todo de mucha oración sobre los temas más
importantes de la vida consagrada. La asamblea se empezó con una mañana de
retiro que predicó María Teresa Reyes
basándose en los puntos para el discernimiento comunitario que recomiendan
expertos como el P. Rupnik, SJ. En cada
jornada había dos horas de Exposición del
Santísimo, tiempos de trabajo y votación, y
la misa al final del día.
¿Qué es una asamblea y para qué sirve? El Delegado
Pontificio aprobó que en cada territorio se convocasen asambleas para revisar el texto
borrador de los Estatutos. Este borrador se había
redactado con las sugerencias recibidas en la
Comisión Central desde todos los equipos de
consagradas del mundo. En la Asamblea Territorial, las asistentes a la misma dan su parecer sobre el texto y
presentan sugerencias para el nuevo borrador del texto de los Estatutos que se
elaborará en la asamblea general, del 2 al 15 de
diciembre.¿Quiénes asistieron a la asamblea del territorio de España? La Asamblea la presidió Bernardita García (responsable territorial). Asistieron por oficio las dos consejeras del territorio, María Teresa Reyes y Jacinta Curran, las 8 consagradas elegida por votación entre todas las consagradas del territorio (Ana López, Araceli Delgado, Cecilia Ruiloba, Elena Bartolomé, Elisa Prieto, Lourdes Santos, Maleny Medina, Patricia Bannon), y una consagrada invitada (Maria Hemm). Las participantes en la Asamblea representaban a todas las consagradas del territorio, y eran así un verdadero signo de su unidad en la caridad.
¿Cómo habéis vivido esos días las demás consagradas del territorio?
Las consagradas que no estábamos allí presentes también formaban parte no obstante de la Asamblea a través de las reflexiones y propuestas que han ido enviando de modo personal y como equipo y, desde hace semanas, con especiales momentos de oración. “Nos jugamos mucho y nos interesa tener a Dios en el centro”, afirman. Al final de la celebración eucarística, en las cinco casas de consagradas se rezaba un Avemaría, de ahí que el sentir de todas (participantes de la asamblea y resto de consagradas) haya sido y esté siendo “Perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de María, la madre de Jesús (cfr. Hechos 1,14)”.
¿Síntesis? Gratitud, asombro y esperanza. Vamos a por más.
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