Bárbara Barón, alumna de la UFV: “China me ha cambiado”

La facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Francisco de Vitoria ha organizado un viaje para 40 de sus alumnos a China. Visitaron las ciudades de Pekin, en tren nocturno viajaron a Xian y por último Guilín. El choque cultural para estos alumnos ha sido una fuerte experiencia universitaria. Les asombró la riqueza cultural, pero también les aterró constatar cómo vive un hombre sin el reconocimiento de sus libertades individuales, o al menos, con grandes límites sobre éstas. Bárbara Barón, alumna de 3º de Periodismo y Redactor jefe de Mirada 21, el periódico digital de la UFV, nos cuenta, con palabras de indignación y esperanza, su experiencia como periodista en potencia. (Continuar)
1.500 millones de personas parecen muchas. Cuando lo único que importa es la sociedad se convierten en una sola. China es así: una mezcla de comunismo y capitalismo en la que el consumo es el nuevo “dios del cielo”.

Fui a China esperando encontrar un paisaje colorido y templos milenarios. Me recibió Pekín, una ciudad gris envuelta en niebla, como un anticipo del espíritu que envuelve a los ciudadanos. Sorprende la resignación de todo un pueblo, el regateo sin ética, la paciencia del labrador cuyo campo de arroz es su tesoro. Asusta la indiferencia de un pueblo que prefiere no oír y no ver antes que alzar la voz contra un Tirano que le desprecia.  Entristecen las sonrisas de la gente en las que se lee la desesperación y las miradas del que ya nada espera. China cambia a quien la visita. China me ha cambiado.

China es miedo, es suciedad, es lujo, es pobreza, es sumisión al omnipresente Partido. Pero también es, para mí, esperanza. Esperanza en que el comerciante de Pekín abra los ojos y vuelva a ocupar Tiananmen. Esperanza en que en el artesano de Xi’an renazca el valor de los guerreros de Terracota y se subleve contra un Gobierno opresor. Esperanza en que la dignidad del mendigo de Guilin prevalezca sobre el desprecio del poderoso. Esperanza, al fin y al cabo, en que China despierte y sea, por fin, libre.