20 de diciembre de 2017

Julia buscaba dónde poner su "granito de arena para una sociedad mejor": lo encontró como voluntaria en Altius

Julia se ha jubilado recientemente y, después de trabajar en el Ministerio de Administraciones Públicas, estaba buscando una respuesta a una inquietud que siempre había tenido: hacer algo útil por los demás.

En este sentido, un reportaje en televisión sobre la Fundación Altius le llamó la atención. Especialmente, lo hizo la labor de Altius de acompañamiento y ayuda a las personas en riesgo de exclusión social, sobre todo, en la parcela laboral. Entonces, sintió que podía poner en esa tarea su "granito de arena", como te cuenta a continuación. 




“Cuando contaron que se dedicaban a la inserción laboral me llamó la atención, su labor encajaba en lo que yo estaba buscando: ayudar a personas que se encuentran en una situación de riesgo y de qué mejor forma que dándoles apoyo para que puedan conseguir un trabajo”, explica.

Además de contribuir a la inserción laboral de adultos, Julia también conoció que en Altius se ayuda a los jóvenes que están buscando un hueco en el mercado laboral después de abandonar los estudios.

“Es una situación que yo he vivido muy de cerca y me parece muy bueno que chicos que piensan que no sirven para estudiar y no tienen claro qué hacer, vengan a organizaciones como esta, en las que con los cursos se les enseña un oficio”, subraya.

Vio en esas dos labores esa respuesta que estaba buscando a su inquietud de darse al prójimo. Por ello, contactó con la fundación y se incorporó a su equipo de voluntarios. Hoy, Julia trabaja en el área de Acogida, tratando directamente con las personas y aportando su experiencia en gestión y logística.

”Vengo en principio dos mañanas a la semana, me encargo de recibir a las personas que vienen al centro de atención de Altius, recoger sus datos, sus intereses y les derivo al área de intervención que necesitan. También doy información sobre las actividades que se pueden realizar, inscripciones a los cursos y apoyo en la organización de los turnos de las familias que vienen a recoger los menús”.

Cada día conoce historias personales muy duras: “Viene gente que no tiene trabajo pero además otros muchos problemas: les han cortado la luz, no les llega para la comida, son extranjeros que acaban de llegar a España y están solos, no conocen el idioma”.

Lo que más valoran estas personas, dice Julia desde su experiencia, es el tiempo y que alguien escuche su historia: “Me he dado cuenta de lo importante que es para ellos que se les dedique tiempo a escucharles, que puedan desahogarse, eso es lo que intento hacer sobre todo, y en la medida en que puedo, orientarles. Estoy muy contenta con la experiencia, siento que estoy haciendo algo útil y poniendo mi granito de arena para una sociedad mejor”.




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